Salomé-Halloween in Brighton



Se detuvo enfrente de la entrada del local y leyó el nombre: “La morada de las almas perdidas”. Después de emplear algún tiempo buscándolo, por fin lo había encontrado. Empezó a bajar los escalones con sumo cuidado, lentamente, llegándole a sus oídos con mucha intensidad, los acordes de “Sympathy for the Devil”. Le gustó mucho lo que oía. El tema de los Rolling Stones, siempre le había encantado. Era muy emblemático en su vida.

La decoración y el ambiente de la sala la cautivaron, no había visto otra cosa igual en su vida. La diversidad y barroquismo de la gente era increíble. Le hacía sentirse como si estuviera viviendo otra vida diferente a la suya.

Intuía que muchos ojos la miraban, pero todavía no se había acostumbrando a la penumbra y no visualizaba bien la procedencia de las miradas. Sintió una angustia vital, sintiéndose desamparada y abandonada lo que le provocó una gran inseguridad. Llevada por un impulso y con recelo se dirigió al sitio que creía más seguro dentro de la sala. Se sentó en la mesita con luz de quinqué, sin percatarse de que había una persona allí.

Levantó la cabeza y miró fijamente a la cara de la persona que tenía enfrente. Le recorrió un escalofrío por todo su cuerpo. Dos ojos de diferente color la observaban. Uno de ellos, el de color gris, reflejaba una irreverente sorpresa. Mientras el de color verde denotaba una cínica alegría. Sus labios mostraban una irónica y maquiavélica sonrisa. Le sobrecogió lo que observaba, pero extrañamente el conjunto le pareció de una gran belleza. Sintiéndose terriblemente atraída por él. Comprendió que en otro momento de su vida le había querido con locura.

De golpe todo su pasado se hizo presente. Venía a su mente los nefastos momentos de su gran desamor, de su profunda tristeza, de su desarraigo por vivir. Y lo más tremendo, justo el momento de quitarse la vida.

La aterciopelada voz de su amo la devolvió a la realidad actual, sacándola de su tribulación:

¡Bienvenida de nuevo a la Morada de la vida...! Salomé.



Comentarios

Delgado ha dicho que…
Hay lugares que es mejor no visitar, y más si te hacen rememorar sensaciones extrañas. Yo me habría dado la vuelta fuera o no fuera etéreo ;D

Saludos Balamgo.
Juan Enrique Vicuña ha dicho que…
Encontré este blog a través de Humberto Dib y me pareció interesante. Quiero seguir visitándolo. Saludos.
Un par de neuronas... ha dicho que…
Pues, la pobre. Cuando ya se había olvidado de su pesar, vuelve a la vida del recuerdo. Renacer o "remorir" para angustiarse de nuevo...

¿O no leyó bien el nombre del local? ¿Tan nublada tenía la vista por el desamor? ¿Quienes finalizan su vida por voluntad propia no ven con claridad?

Besito.
Natàlia Tàrraco ha dicho que…
Salomé "danza per me"...baila el recuerdo siempre vivo hasta la muerte.
Digo yo ¿quién ve con claridad?
No existen locales ni lugares para huír de una misma, es lo que hay, ayyyy.
Balamgo, muy sutil.
omar enletrasarte ha dicho que…
Vaya imaginación la tuya!
muy bueno, saludos
Alfredo ha dicho que…
Podría ser incluso una metáfora de los sótanos, los recovecos y callejones que cada uno llevamos dentro y que no siempre nos atrevemos a transitar.

Buen finde!!
OceanoAzul.Sonhos ha dicho que…
Sempre creativo, um prazer ler-te.

abraço
oa.s
Humberto Dib ha dicho que…
Coincido con Alfredo, por debajo del relato parecería circular otro discurso, más alegórico...
Un abrazo.
HD
Javier ha dicho que…
Desconcertante.

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